martes, 7 de octubre de 2008


Olvidas cómo olía tu infancia,
olvidas los colores de los distintos mares que has visto,
olvidas en qué día vives,
olvidas esquinas de lugares,
olvidas noches de ojo con ojo,
olvidas la ola que te acarició la rozadura del pie,
olvidas palabras extrañas que aprendiste por un día,
olvidas risas, cenas, golpes en codos con esquinas de puertas,
desastres, pasillos de hospitales,moraduras, colegios, casas, juguetes,la primera falda que te pusiste cuando eras adolescente,
viajes que te cambiaron, sonrisas que te alegraron segundos.
Olvidas cómo movías los dedos sobre unas maderas blancas y negras,olvidas nombres de personas que conoces, miles de apellidos,besos que fueron inolvidables por algunas horas,abrazos que te salvaron de caer.
Olvidas canciones,
olvidas el deslizamiento que produce una yema de un dedo en tu nuca,el sabor de las distintas salivas que has probado,
cigarros en compañía, nubes, fechas, habitaciones, cafés,películas, conversaciones,olvidas personas, olvidas la edad que tienes, olvidas amores,estribillos, sintonías y melodías con las pocas personas con los que las has tenido…

y también se olvidan de ti.




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